Hoy es 24, 24 de octubre. Hace justo 4 años que fuimos a Gran Vía 14 a echar la solicitud, a volver a pedir que nuestra vida cambiara, a volver a solicitar un pedazo de cielo.
En todo este tiempo la espera ha sido tan, tan difente a la de Elia. A pesar de las ganas, de la ansiedad que a veces me ha sobrepasado, aún no había tomado conciencia de que estás ahí, de que es posible incluso que ya existas. De que, de hecho para mí, AHORA ya existes. Pero no ha sido así. Hasta hace unas horas eras algo abstracto, algo externo a mi, eras "el hermanito", pero no pensaba en tí como HIJ@..tal vez era una manera de protegerme ante la larga espera o tal vez, Elia lo llena todo. Muchas veces sí que he pensado en tí, pero más en relación con ella, en pensar cómo se sentirá ella, si pensará que no es suficiente para mi porque busco otro hijo más, o cómo se sentirá cuando tenga que compartir mis besos, mis abrazos, mis canciones, mis te quiero más que a nadie en este mundo..pero es HOY cuando por fin empiezo a tener un hueco en mi corazón, hoy justo, casualidad o no, que hace 4 años que te esperamos, que por fin tienes un trocito de mi sólo para tí, y entonces es cuando noto que ese hueco está vacío, y tu ausencia me duele, y de pronto esos 1461 días que llevo esperándote me pesan de golpe, y de pronto esos dos o tres meses que nos separan se me hacen años, siglos..tu hermana, esa pequeña niña tan grande, tan enorme que a pesar de mi tamaño y el suyo no cabe dentro de mi, es la que me ha hecho verte de una forma diferente, ella y su visión del mundo, su visión de la adopción y de su madre. Con sus palabras, dulces y a la vez duras y tan llenas de verdad que me hacen abrir los ojos a que voy a volver a ser madre, MADRE, y que será diferente pero tan bien GRANDIOSO..y eso que me parece ya tan lejano en el tiempo, esa sensación de felicidad completa y absoluta que sentí cuando llegó Elia, vuelve a aparecer ante mis ojos, me sonríe, me guiña el ojo y me susurra..."shhhh, tranquila, ya queda poco..."
