Lilypie Waiting to Adopt tickers

Lilypie Waiting to Adopt tickers

domingo, 10 de marzo de 2013

Y el día llegó...y pasó

Aún no puedo creerme que ya haya pasado un mes, más de un mes.

El día 7 de febrero recibimos la esperada y ansiada llamada. El día anterior habían asignado a una pareja y ya era seguro que los siguientes éramos nosotros. Éramos los únicos que quedábamos de la "preparto". A las dos menos cuarto le escribí un wasap a Javi " ya podemos respirar hasta mañana". Aunque era muy difícil que nos llamaran ese día, siempre tenemos la esperanza pero a esas horas. Recogí a Elia del cole y nos fuimos a casa. Estaba empezando a hacer la comida cuando sonó el móvil, lo cogí y vi en la pantalla "IMMF LA LLAMADA" cómo tenía grabado el número en la agenda...me quedé petrificada, mirando como tonta la pantalla mientras Elia me decía "mamá cógelo". Una vez descolgué la voz no me sonaba. Era la otra psicóloga. Me empezó a preguntar cosas vanales y luego me preguntó que qué estaba haciendo, la comida respondí,y ahí me dijo " pues hazte un sandwich porque os esperamos a las cuatro para haceros un ofrecimiento"...siiiiiiii, era nuestra llamada, era nuestro día...cuando colgué Elia y yo nos pusimos a gritar, nos abrazamos, reímos lloramos...no sabía qué hacer y ella fue mi cordura, "hay que llamar a papá". Cogió el móvil y le llamó "papá, que nos HAN LLAMADO, ven corriendo"...Luego más llamadas, en cuanto Alba descolgó y yo me puse a gritar..yaaaaaaa....al otro lado todo fueron gritos. 

Llegamos a Gran Vía poco antes de las cuatro y esperamos a nuestra psicóloga. Cuando por fin llegó oliendo a mandarina y diciéndonos que no estuviéramos nerviosos, que estaba sano, supe que era un niño, que a estas alturas los eufemismos estaban fuera de lugar. Fuimos a un despacho y nos dijo que era un niño, un niño sano y que había nacido el día 5...¿qué día es hoy? ¿el 5 de qué mes?...de febrero..TIENE DOS DÍAS...qué sorpresa...un niño sano y de dos días..sólo nos hemos perdido dos días de su vida. Eso me hizo sentir tremendamente feliz porque tengo cada uno de los días que no pude pasar con Elia clavados en el alma.

Esa tarde fué una locura de compras de última hora, llamadas, mensajes y wasap."Nos fuimos, aún sin comer, al Corte Inglés a comprar una mudita para nuestro hijo, NUESTRO PEQUEÑO. Y cómo disfruté esa tarde, escogiéndolo para él. Y aún no teníamos el nombre. Cuando llegamos a casa, con Elia, ella lo tenía claro, Diego había llegado a nuestras vidas.

El día 8 de febrero llegó tras una larga noche en la que los nervios me hicieron imposible dormir más de dos horas. La idea, el sueño, los deseos...todo se hizo realidad en aquélla sala de encuentros, tan apropiadamente decorada para la ocasión. Al fondo una pared pintada de azul, como en la canción de Hoy de India Martínez, con una niña sujetando un globo de estrellas, luna y un gran sol...Tras papeleo necesario e interminable, llamaron a la puerta, se abrió y apareció él. Me sentí tranquila, anormalmente relajada, sentí que era un nuevo comienzo para que TODO fuera mejor.

Aún faltaba la gran presentación, que Diego y Elia se conocieran. Y nada pudo ir mejor. Cuando llegamos a casa y lo tomó en brazos, sus pequeños cuerpos encajaron como una pieza de puzzle en otra. Todo encajaba. El puzzle de nuestra vida estaba al fin completo.




Y desde entonces todo ha ido rodado. Hemos tenido una gran suerte porque tanto como con Elia como con Diego, de momento, todo está siendo fácil. Ellos nos lo están poniendo fácil. Y de pronto ya somos una familia par, ya nuestras rutinas están formadas y nos hacen sentirnos bien, tranquilos, y disfrutando cada momento.

La lactancia no ha sido posible. Durante la primera semana sufrimos usando el relactador que nuestra compi de batalla nos había regalado, todo era bastante complicado y además Diego tenía frenillo lo que dificultaba el agarre. Al final me rendí, porque se supone que debe ser un momento mágico, un momento para disfrutar, no una tortura. Así que lo sustituimos por el biberón. Aún así no me arrepiento de haberlo intentado y de poder vivir esa sensación. Gracias al intento he aprendido muchas cosas, de mí, de Elia y de la naturaleza que nos regala pequeños milagros como el de África y su pequeño que sí lo han conseguido. Y además me ha regalado poder pertenecer al trío de la leche y que mi niño haya podido alimentarse sus primeros días de esa fantástica leche de su tía Afri. 

Otro de mis descubrimientos en esta larga espera ha sido el porteo. Y eso sí hemos podido hacerlo, disfrutarlo. Me encanta. Hago oídos sordos a las críticas, porque están hechas desde el desconocimiento, desde personas que no han podido sentir el cuerpecito calentito de su hijo latir junto a su corazón, bajar la mirada y ver cómo te está contemplando embelesado...además de la parte práctica, puedo cuidar y atender a Diego y hacer las camas, pasar la aspiradora, doblar la ropa...y un montón de cosas más sin dejar de sentir su calorcito y él el mío

De momento aquí seguimos, descubriéndonos todos. Porque no sólo estamos adoptando a Diego y él a nosotros, estoy descubriendo pinceladas de Elia que me encantan, facetas de Javi que creía que no vería nunca, y de muchas otras personas que me sorprenden para bien. Los niños vienen con un pan bajo el brazo, y en tiempos de crisis tal vez no traigan pan, pero sí una nueva oportunidad de mirar el mundo con otros ojos, de volver a disfrutar de las pequeñas cosas y de ser capaz de ver lo que realmente importa.  


lunes, 28 de enero de 2013

LLEGANDO A LA META

2013. Hace ya casi un mes que empezamos este año. Yo que siempre he sido muy supersticiosa y he pensado que el 13 traía mal fario y va a ser un año especial. Por millones de cosas, positivas y negativas. Y si vuelvo la vista atrás no es ni será en nada diferente al resto de años, con sus cosas malas o no tanto, que hicieron mi camino. Este camino. Pero a la vez, será un año diferente porque nos habrá unido de nuevo a alguien que no nació de mí, si no para mí.

El 2012 acabó bien, en cuanto a asignaciones. El terrible y angustioso parón del último trimestre se rompió gracias a las asignaciones, con una semanita de diferencia, de mis compinches en el trío de la leche. Y qué ilusión tan grande poder ver con mis propios ojos esos milagros, en especial ver cómo Afri conseguía el más maravilloso de los milagros poder dar de mamar a su hijo, ese nuevo hijo que no la sintió extraña ni ajena, que se enganchó a la vida como si nunca hubieran sido dos personas desconocidas, como si realmente esa fantástica leyenda del hilo rojo fuera realmente verdad. Me sentí parte de esa unión, aunque fuera una milésima partícula de esa unión. 

Todo ha ido rodado desde entonces. Volvimos a un ritmo medianamente aceptable, y que volvió todo mi mundo del revés cuando hace dos semanas hubo TRES ASIGNACIONES en tres días. No podíamos creérnoslo. De golpe estábamos ahí. En las puertas. A un par de escalones de asomarnos al precipicio de una nueva maternidad. Y yo que siempre he estado dispuesta a tirarme sin paracaidas de pronto sentí vértigo. 

El 18 de enero llamé para la nueva horquilla. Mes y medio. Un poco de sopa fría para entibiar el alma que andaba revolucionada. Pero la realidad está ahí. Sus palabras exactas "es probable que no vuelvas a llamar"..y hoy, otra asignación. Únicamente quedamos dos. Dos. 

No puedo aún creerlo. Estoy  bloqueada. LLevo un par de semanas durmiendo con la cuna pegada a mi cama, viendo cada mañana en la habitación de Elia ropa para planchar y doblar de distintas edades, recogiendo aquí y allá cachibaches de bebés..y aún no me hago a la idea de que realmente mi vida va a volver a cambiar. Va a volver a ponerse del revés y como dice la canción "ya nada volverá a ser como antes.."

Y justo el sábado soñé por primera vez que tenía a mi hij@ en brazos y le daba el pecho. Qué sensación!..gracias Pilar, por ser mi hada madrina, por hacerme ese magnífico regalo, ese relactador que cumplirá otro de mis sueños, de los míos, de los de es@ nuev@ hij@ y de Elia, que desea con todas sus fuerzas que su hermanit@ pueda mamar.



Espero estar a la altura de las circunstancias porque está claro que desde aquí ya veo la meta, de salida y no de llegada.